Hoy os traigo una entrada que nada tiene que ver con el tejido pero que es otra de mis grandes aficiones: la jardinería y, en concreto, los terrarios.
Hacía tiempo que tenía por casa una pecera sin usar que me resistía a tirar porque sabía que algún día le daría un buen uso. Anteriormente la había utilizado para contener velas y caramelos (no al mismo tiempo, entiéndase) y había barajado varias opciones sobre cuál iba a ser su siguiente uso, pero no me convencían. Pues bien, el día de la iluminación llegó cuando encontré en Pinterest varias imágenes de terrarios muy chulos y me dije: "¡eureka, ya sé que hacer con la pecera!.
Realmente no tiene mucho misterio. Lo más importante es preparar bien el estrato, escoger plantas resistentes y que les guste el agua (petunias, begonias, helechos...) y mantenerlas en el punto justo de humedad para evitar que se sequen o se ahoguen (pensad que un terrario no tiene agujero para que el agua pueda salir, por lo que si regamos en exceso, podemos encharcarlo). También es importante que, si usáis musgo irlandés, lo mantengáis siempre húmedo, pues se pone mustio enseguida.
Si ponéis plantas de diferentes colores y tonos de verde, tendréis un resultado más decorativo. |
Y aquí tenéis el resultado. Estas fotos las tomé al poco tiempo de crear los terrarios, pero debo decir que las plantas se mantienen en perfecto estado, han crecido y sus colores siguen siendo igual de intensos, a excepción del musgo irlandés, al que logro ir manteniendo con vida pero que luce un aspecto un tanto agónico.
Aparte de la pecera, también hice un terrario con un recipiente que había albergado un cactus años atrás. Como veis, le puse piedras de colores en la base para hacerlo más llamativo. |
¡Hasta la próxima!